Cuando comienzo a escribir una nueva newsletter, siempre me hago la misma pregunta: ¿Qué puedo compartir para plantar una nueva semilla de consciencia?.
Y aquí ya empiezo a desarrollar sobre temas que me apasionan y que siento que pueden dar claridad a muchos de los lectores.
Ese “tilín” puede definirse también como un pequeño “click” o incluso en muchas ocasiones un pequeño “rasguño”. Un dolorcillo, una raspadura.
Que nos digan la realidad tan de frente puede ser agresivo en algunas ocasiones y puede crear rechazo. Pero ese rechazo no es más que tu estructura (ego) queriéndote decir que no cambies, que como estás, estás muy bien y que por mucho sufrimiento que tengas, ansiedad o insatisfacción, nadie puede decirte que hacer o no hacer.
A mi esto me pasaba muy a menudo, y creía que tenía la razón, bueno más bien mi ego me hacía creer eso.
El rechazo a no querer ver la realidad puede ser por varias razones:
Ego y Autoestima
El ego y la autoestima juegan un papel crucial en cómo percibimos la verdad. Cuando alguien nos dice que estamos equivocados o que el camino que estamos tomando no es el correcto, puede sentirse como un ataque directo a nuestra identidad y autoestima. Esto puede hacer que nos pongamos a la defensiva o que rechacemos la crítica para proteger nuestro sentido de valía personal. El ego se las sabe todas y quiere tenerte ahí, inmerso en lo que has creído que eres todo este tiempo.
El Sesgo de Confirmación.
El sesgo de confirmación es la tendencia a buscar, interpretar y recordar información de una manera que confirme nuestras creencias preexistentes. Si creemos que el camino que estamos tomando es el correcto, es probable que ignoremos o rechacemos cualquier información que sugiera lo contrario. Este sesgo nos protege de la incomodidad de tener que cuestionar nuestras decisiones y creencias.
Ejemplos de frases de sesgo de confirmación sería: “Esto se ha hecho toda la vida así”, "Claro, es súper ordenado porque como es Virgo", “Un estudio demuestra que x cosa es así, y no me hace falta saber nada más”, "Siempre trabajo mejor de noche, es cuando soy más productivo."
Miedo al Cambio.
Aceptar que estamos en el camino equivocado a menudo implica la necesidad de cambiar. El cambio puede ser aterrador, ya que puede requerir salir de nuestra zona de confort, enfrentar lo desconocido o admitir errores. El miedo al cambio y la incertidumbre nos lleva a aferrarnos a nuestras decisiones y rechazar la verdad sobre la realidad.
Identidad y Apego a las Creencias
A menudo, nuestras creencias y acciones forman parte de nuestra identidad. Cambiar de camino o aceptar que estamos equivocados puede sentirse como una amenaza a quienes somos en un nivel profundo. Estamos apegados a nuestras creencias porque definen cómo vemos el mundo y a nosotros mismos.
Resistencia Emocional.
Aceptar la verdad puede ser emocionalmente doloroso. La resistencia emocional es una forma de evitar el dolor, la vergüenza o el arrepentimiento que podría surgir al enfrentarnos a la realidad. Este mecanismo de defensa nos protege a corto plazo, pero puede ser perjudicial a largo plazo.
Falta de Perspectiva.
A veces, no rechazamos la verdad intencionalmente; simplemente no podemos verla debido a una falta de perspectiva o conocimiento. Estamos limitados por nuestras experiencias y conocimientos previos, y esto puede nublar nuestra capacidad para ver la verdad de manera clara.
El rechazo de la verdad y la resistencia a aceptar críticas sobre nuestro camino pueden ser mecanismos inconscientes de defensa para proteger nuestro ego (estructura), evitar el dolor emocional, resistir el cambio, y mantener nuestra identidad. Entender estas dinámicas puede ayudarnos a ser más abiertos y receptivos a la retroalimentación constructiva.
Esto solo son algunos ejemplos por los que nos resistimos a no ver la realidad, aunque duela, aunque sepamos cual es el camino. Los patrones inconscientes son los que guían ahora mismo nuestra vida y no nos permiten aunque esta
Evitamos mirar hacia adentro y enfrentarnos a nuestras emociones internas, utilizando el "hacer constante" y otras formas de evasión:
1. Compromisos Sociales Excesivos
Aceptamos todas las invitaciones sociales que recibes, incluso cuando preferirías quedarte en casa o descansar. Te llenas de compromisos para estar siempre rodeado de gente.
2. Consumo Excesivo de Medios Digitales
Pasas horas en redes sociales, viendo series de televisión, o navegando por Internet sin un propósito claro, simplemente para matar el tiempo.
3. Obsesión con el Ejercicio Físico
Te exiges un régimen de ejercicios excesivamente intenso, dedicando muchas horas al gimnasio o a deportes, más allá de lo saludable.
4. Trabajo Extremo
Trabajas largas horas, más allá de lo necesario, llevándote trabajo a casa y revisando correos electrónicos incluso durante tu tiempo libre o vacaciones.
5. Uso de Sustancias o Comportamientos Adictivos
Usas alcohol, drogas, comida, o compras como mecanismos de escape para evitar sentir tus emociones.
6. Evitar la Intimidad en Relaciones Personales
Mantienes tus relaciones en un nivel superficial, evitando conversaciones profundas o significativas que podrían llevar a enfrentar emociones difíciles.
7. Mantenerse Constantemente Ocupado con Tareas Menores
Te enfocas en tareas pequeñas y menos importantes, como limpiar la casa constantemente, reorganizar tu escritorio o realizar actividades de mantenimiento menores, en lugar de abordar tareas más significativas.
8. Necesidad Constante de Estar Conectado y Comunicándose
Sientes la necesidad de estar constantemente en contacto con amigos o familiares a través de mensajes de texto, llamadas, o redes sociales, incluso cuando no hay una razón clara para hacerlo.
9. Planificación Compulsiva del Futuro
Pasas mucho tiempo planeando y organizando tu futuro, haciendo listas de tareas, planificando eventos y detalles a largo plazo, en lugar de disfrutar del presente.
10. Procrastinación Enmascarada
Dedicas mucho tiempo a la preparación para tareas importantes (investigación excesiva, planificación detallada, etc.) sin nunca llegar a ejecutarlas realmente.
Esos patrones inconscientes son los que no te permiten mirar hacia dentro, nuestra resistencia a mirar y a la responsabilidad de hacernos cargo hace que nos evadamos de lo que realmente importa.
Todo el rato estamos huyendo de nosotros mismos.
Abrazar el presente
Darnos la oportunidad de mirarnos con ojos curiosos para ver y abrazar la realidad, es de valientes.
Lo fácil es huir, es la evasión. El coraje está en mirar, aunque para esas creencias y estructura, lo que vean, no es lo “correcto”. En el fondo de ti hay algo que sabes que debe ser escuchado, atendido. Ese algo es tu ser, tu esencia, niño interior … se puede llamar de muchas formas pero es algo de ti que quiere salir a la luz.
Sin presencia no podemos ni escuchar, ni ver, ni sentir. Y para eso es necesario parar.
Ahora empieza septiembre, date el capricho de dejarte un hueco al día para ello.
5 Formas de Dejar de Huir de Nosotros Mismos.
No es nada nuevo lo que te voy a contar, porque seguro que más que enseñarte estas formas te las estoy recordando:
Practicar la autoobservación: Dedica tiempo a estar en silencio contigo mismo y observa tus pensamientos y emociones sin juzgarlos. Esto te ayudará a comprenderte mejor y a identificar patrones que podrías estar evitando.
Aceptar tus emociones: En lugar de evitar o reprimir tus emociones, permítete sentirlas plenamente. Reconocer y aceptar tanto las emociones positivas como las negativas es crucial para un crecimiento personal auténtico.
Hacer introspección regular: Reflexiona sobre tus acciones, decisiones y comportamientos diarios. Pregúntate qué te motiva y cómo te sientes realmente acerca de tus elecciones, para alinearse más con tu verdadero yo.
Establecer límites saludables: Aprende a decir "no" cuando sea necesario y a priorizar tu bienestar. Establecer límites te permite evitar situaciones que te alejan de tu autenticidad y te fuerza a confrontar lo que realmente necesitas y deseas.
Buscar ayuda o guía: En el acompañamiento individual trabajamos sobre estos aspectos te ayuden a explorar y enfrentar los aspectos de ti mismo que podrías estar evitando. A veces, un apoyo externo puede ofrecer perspectivas valiosas y facilitar el proceso de autoconocimiento.
Y para terminar quiero recordar la frase con la que he titulado esta carta, que seguro que después de leer todo esto puede que la entiendas más:
Lo que duele al ego, sana al alma
Si te resuena comenzar trabajar mano a mano y te acompañe en cualquier proceso que creas que es un obstáculo ahora mismo para ti, agenda una llamada gratuita conmigo y te explico como.
También puedes unirte al Club de la Transformación, la comunidad de whatsapp gratuita donde compartiré contigo a partir de septiembre contenido diario de desarrollo personal, meditaciones en grupo, actualizaciones exclusivas, y clases especiales diseñadas para ayudarte a crecer y transformar tu vida.
Y por si no lo sabes en Octubre nos vamos de retiro al norte, concretamente Asturias, aún quedan plazas, te dejo el enlace para que cheques toda la información.
PD: Si has llegado hasta aquí me gustaría saber que has leído esta newsletter de valor completa. Me puedes comentar que te ha parecido contestado a este correo o por cualquiera de mis redes sociales.
Gracias por estar ahí.
Con amor,
Dani